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CELEBRACIÓN DEL “DÍA DEL INMIGRANTE” EN ESCOBAR

CELEBRACIÓN DEL “DÍA DEL INMIGRANTE” EN ESCOBAR Y SANTA MISA EN LA CUAL FUE BENDECIDA Y ENTRONIZADA LA IMAGEN DE “NUESTRA SEÑORA DE LOS BUENOS AIRES”

Tomado de: http://www.obispadozaratecampana.org/

La imagen de Nuestra Señora de los Buenos Aires en Escobar

Fue alojada en la capilla lateral de María Eugenia Tapia de Cruz (la fundadora de Escobar)

La imagen de Nuestra Señora de los Buenos Aires en Escobar

Distintas colectividades presentes en la celebración

Distintas colectividades presentes en la celebración
 
La imagen de Nuestra Señora de los Buenos Aires en Escobar

Con la finalidad de rendir homenaje a las distintas comunidades provenientes de la inmigración, en la diócesis de Zárate-Campana, en especial en Escobar (llamado por el Obispo, “crisol de corrientes inmigratorias”) y en coincidencia con la fecha del “Día del Inmigrante”, establecido por decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 21.430 de 1949, Mons. Oscar Sarlinga celebró la Santa Misa en la Iglesia co-catedral de Belén de Escobar, oportunidad en la cual bendijo y entronizó la imagen de Nuestra Señora de los Buenos Aires, que donó para la Iglesia de Escobar, y que fue alojada en la capilla lateral “de María Eugenia Tapia de Cruz” (la fundadora de Escobar). La organización de las invitaciones, la difusión del día del Inmigrante y la relación con la entronización de la imagen de Nuestra Señora de los Buenos Aires, fue eficientemente realizada por los sacerdotes y laicos comprometidos de la iglesia co-catedral, por los representantes legales del Colegio “Santa maría” (de Escobar) y por la Delegación de Migrantes e itinerantes de la diócesis, a cargo del Pbro. Alfredo Meóniz. Concelebraron con el Obispo Mons. Oscar Sarlinga en la eucaristía, Mons. Edgardo Galuppo (vicario general), Mons. Marcelo Monteagudo (representante legal del colegio “Santa María”), el Pbro. Daniel Bevilacqua (cura párroco de la Natividad), el Pbro. Alfredo Antonelli y el Pbro. Mauricio Aracena, quien tuvo a cargo la maestranza de ceremonias.

De la celebración participaron representantes de las colectividades española, irlandesa, italiana, francesa, croata y suiza, de Baradero, y, en cuanto a Escobar se refiere, representantes del Club Italiano, de la colectividad de los alemanes del Volga, de la colectividad portuguesa y boliviana. Asimismo tuvieron la gentileza de particpar de la ceremonia los represetantes de la Sociedad cultural Iraelita de Campana. La colectividad japonesa de Escobar se encontraba coincidentemente en otro acto en Buenos Aires, pero se encontraron bien representados a través de las Hermanas de la Caridad de Jesús (de Miyazaki), congregación de origen japonés, que cuenta con religiosas de esa descendencia, y de nacionalidad boliviana, brasileña, coreana y china (establecidas en Matheu). Se hicieron presentes efectivos de la Prefectura Nacional, junto al Subprefecto, y una delegación del Intendente de Escobar (quien envió una nota de felicitaciones y salutación) como asimismo envió una cálida nota el cura párroco de la Basílica de Nuestra Señora de los Buenos Aires, de la capital federal.

La imagen de la Virgen María que quedó ahora como patrimonio religioso y cultural de Escobar, en su advocación de Nuestra Señora de los Buenos Aires, es una escultura tallada en madera de algarrobo tropical, por el destacado artista argentino contemporáneo Diego Curutchet, a quien el Sr. Obispo le encargó la escultura y que luego de permanecer un tiempo en la sede del Obispado, donó a la iglesia de la Natividad del Señor. Siendo esta advocación “Patrona de los navegantes”, el Obispo la extendió, en la diócesis, a todos los migrantes e itinerantes, como signo de protección de todos aquellos que han aportado de su mentalidad, su espiritualidad, su cultura, su trabajo y su contribución a la civilización, habiendo migrado a nuestro suelo, o habiéndose traladado aquí, en la gran movilidad humana que supone nuestra sociedad contemporánea.

La mencionadaimagen, junto con el simbolismo que posee por haber sido colocada a la veneración de los fieles en la capilla lateral (restaurada a tales efectos) donde yacen los restos mortales de Eugenia Tapia de Cruz, la fundadora de la ciudad, tiene el privilegio de ser una de las pocas que están expuestas al culto en la Argentina (siendo la más conocida, tal vez, la del altar mayor de la iglesia catedral de Buenos Aires).

La advocación de Nuestra Señora del Buen Aire tiene su origen en la isla de Cerdeña y data de 1370. La imagen original (también tallada en madera de algarrobo) tiene 1,56 cm, muestra a la Virgen con el Niño en su brazo izquierdo, una candela encendida en la diestra y un paño manchado de sangre sobre la manga derecha de su hábito, cubierta por un manto azul con flores doradas, amén de una túnica rosa. El Niño porta en su mano izquierda un globo terráqueo en tanto bendecía a los fieles con la derecha. Bajo esta advocación, Don Pedro de Mendoza estableció el 2 de febrero de 1536, el primer asentamiento de la que sería la ciudad de Buenos Aires. En su honor los Padres Mercedarios levantaron uno de los templos basilicales más hermosos del país. Juan de Garay, al fundar la ciudad, el 11 de junio de 1580, la bautizó con el nombre de Ciudad de la Santísima Trinidad en el puerto de Santa María del Buen Aire. En la actualidad, su imagen, donada por la Federación Sarda Argentina hace medio siglo, se encuentra en la plaza Cerdeña, frente a la Dirección Nacional de Inmigraciones (avenida Antártida Argentina 1455), después de haber permanecido olvidada e ignorada mucho tiempo. Se supone que de Cerdeña pasó este culto a Sevilla, donde existe una imagen de Nuestra Señora del Buen Aire que es venerada en el Palacio de San Telmo y otra en la iglesia parroquial de San Bernardo.

Al conocerse la historia de cómo la imagen había salvado a los marinos, y del milagroso desenlace, los navegantes comenzaron a venerarla y se convirtió en su patrona. Uno de esos navegantes fue el español Pedro de Mendoza. Este marino fue el primer Adelantado del Río de La Plata y en 1536 arribó a lo que llamó bahía de la Candelaria, en dicho río, sobre lo que hoy sería la bahía de la ciudad de Montevideo. Luego decidió esperar intencionalmente hasta el 2 de febrero, día de la Candelaria, para arribar a la costa oeste y fundar, al desembarcar, el asiento de Nuestra Señora del Buen Aire, hecho que es conocido actualmente como la primera fundación de la ciudad de Buenos Aires. Dos religiosos llevaron además una imagen de la virgen. La ciudad se abandonó posteriormente y Buenos Aires fue refundada en otra posición por Juan de Garay en 1580.

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